Habría que aplicar la mayor atención a todo lo que hacemos. En cada momento deberíamos ser conscientes de nuestro comportamiento físico, ya sea mientras realizamos actos benéficos o cuando evitamos aquellos que no lo son. Siguiendo ese camino, el espíritu, como un elefante borracho, exasperado por los tres venenos, quedará atado al poste de las acciones positivas con la cuerda de la atención, y será domesticado con el gancho de la vigilancia. [El Pequeño Libro de Sabiduría del Dalai Lama]