Querido y recordado Maestro:

Agradecer infinitamente su LUZ, su sonrisa, su ♥ presencia y ensenanza, no se si seré buen aprendiz pero si soy más compasiva conmigo y los demás 

Gracias por enseñarme a meditar cuando mas lo necesiite, cuando más dolor y pena sentí... Usted apareció en mi vida y me ayudó tanto, tanto, tanto que solo siento amor y gratitud a su Ser.

Larga y feliz vida querido Maestro 

Ñima Dromla 

Querido Lama-La,

Me emociona referirme a mis comienzos de vida en el Samsara como niño, una infancia hermosa y llena de aventuras, pero también dificultades.

Soy ahora padre separado de un maravilloso hijo de 8 años, al que usted en un momento pudo bendecir, y que me siento un ser muy afortunado por ello. Antes de comenzar a ser padre, ya tenía la visión de como debería brindar una guía en él en lo valórico, ético y moral, y he podido hacerlo sin tener que enseñar desde la arista de el castigo, el reto, la llamada de atención o el amedrentamiento.

Mi forma de amar a este pequeño y maravilloso ser, me ha llevado a darme cuento que voy por el camino correcto con un hijo que no oigo más que "lo amo papito" sin nunca haberle castigado ni llamado la atención (sin dejar de ser firme cuando es necesario), porque de mi parte, la enseñanza ha sido con respeto, a la altura de un niño y toda la paciencia que se merece.

Le escribo lo anterior, porque si puedo elegir en algún momento de los eones y eones en este preciado continuo mental, creyendo que pudiera tener méritos para ello, en estos momentos, ya es reiterativo mi profundo deseo por seguir renaciencia en el Samsara y seguir sufriendo en los planos inferiores con el fin de que estos nuevos seres que puedan renacer en una vida humana, me puedan considerar parte de sus causas de felicidad como lo que fuera necesario. Necesitamos más niños felices y deseo profundamente ser parte de ello.

Sus enseñanzas, aunque no he podido asistir al centro como quisiera, me han enseñado a mantener una columna sólida y muy clara de lo que es y no es, en beneficio de otros seres.

Querido Lama-La, quiero desearle una muy larga vida, y agradecer por cada suspiro suyo antes de entregarme oralmente sus enseñanzas que son nectar en mi memoria de lo correcto, y que al poner en practica, todo tiene sentido.

A S.S. en su próximo cumpleaños, que sean muchos más.

Gracias por su paciencia, gracias por enseñarme tanto, Venerable Maestro su sabiduría, sencillez,y ejemplo de vida han sido un aporte invaluable en mi vida.

 Gracias 

Dear Ven Lama:

Le escribe Álvaro del centro Budista Tibetano Choe Khor Ling. Le escribo para contarle una experiencia que tuve. Hace unas semanas, dos doctores distintos me diagnosticaron un melanoma, el cáncer de piel mas peligroso.

El primer día estaba devastado, llorando en cada esquina. El segundo día de manera sorprendente, me encontraba en una agradable paz. Mi hermano me llamó y me dijo... "hermano te conozco y sé que debes estar muy mal", a lo que conteste "no, estoy muy bien, me cuesta entender porque, pero realmente estoy muy bien". Me sacaron el melanoma al día siguiente del diagnóstico, en dos semanas tendría los resultados de la biopsia, si resultaban negativos, tendría 5 años más de vida.

 Durante esas dos semana encontré gran refugio en las enseñanzas, recordando las enseñanzas de la impermanencia y la vacuidad, pensando también en sus consejos de que no hay que preocuparse por problemas que no tengan solución, de que hay que asumir lo que nos tocó, que todos nos vamos morir en algún momento, de que hay que aprovechar la preciosa vida humana al máximo, etc. Quiero expresarle mis más profundos agradecimientos por sus enseñanzas, estoy seguro que sin ellas no habría podido seguir trabajando. Durante esas dos semanas tuve que terminar trabajos muy demandantes, que requerían mucha concentración; los logré terminar de manera exitosa.

Sin sus enseñanzas estoy seguro que me habría desmoronado y habría sido un desastre. Afortunadamente, la biopsia fue positiva, no era un melanoma, sólo una infección.

Reiterarle que en mi caso sus enseñanzas han sido demasiado efectivas, a tal punto que, al parecer le perdí el miedo a la muerte.

Muchas, muchas, muchas gracias

Álvaro

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Dear Ven Lama:

I am writing to tell you about an experience I had. A few weeks ago, two different doctors diagnosed me with melanoma, the most dangerous skin cancer. The first day I was devastated, crying on every corner. The second day surprisingly, I found myself in pleasant peace. My brother called me and said ... "brother, I know you, and I know you must be very bad", to which I replied, "no, I am very well, it is difficult for me to understand why, but I am very well". They took out the melanoma the day after the diagnosis. In two weeks, I would have the results of the biopsy; if they were negative, I would have five more years of life.

During those two weeks, I found great refuge in the teachings, remembering the teachings of impermanence and emptiness, also thinking of your advice that we should not worry about problems that have no solution, that we must assume what we touch, that We are all going to die at some point, that we must take advantage of the precious human life to the fullest, etc. I want to express my deepest gratitude for his teachings, I am sure that without them, I would not have been able to continue working. During those two weeks, I had to finish very demanding jobs that required a lot of concentration; I managed to finish them successfully.

Without your teachings, I am sure I would have dismounted, and it would have been a disaster. Fortunately, the biopsy was positive; it was not melanoma, just an infection.

To reiterate that, in my case, your teachings have been too effective to the point that apparently, I lost my fear of death.

Thank you so so so much.

Álvaro

Querido Maestro, van a faltarme vidas para agradecer la infinita bondad de su corazón puro. Nos enseña las palabras de Buda con extrema paciencia y cariño, de mil maneras, siempre con la palabra precisa y a veces, sólo con un gesto.

Pasé por duros momentos en mi vida, momentos que me hicieron cambiar, pero al final, momentos que necesitaba vivir para llegar a usted, mi Maestro. Hoy sé que mi camino siempre fue éste, seguirlo con gran devoción y darle, a través de las palabras de Buda, un significado a mi existencia: ayudar a todos los seres sintientes.

Tengo la certeza de que en mis próximas vidas, nuevamente lo encontraré, o usted a mí, y me ayudará, una vez más, a intentar salir de este ciclo de renacimientos impuros. ¡Larga vida, querido Maestro! Por favor, no nos abandone hasta que logremos, todos sus alumnos, salir del samsara.

Vamos, vamos, vamos más allá, vamos a la otra orilla. ¡Iluminación! ¡Gozo!